Ya tengan los ojos abiertos o cerrados, las personas invidentes viven en una permanente oscuridad. Pero cuando se van a la cama, la ciencia ha demostrado que pueden llegar a experimentar una «realidad» distinta a la que viven cuando están despiertos. Cómo sueñan los ciegos es aún un enigma, aunque poco a poco la ciencia va aportando luz a este misterio.
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El origen de los sueños
La teoría principal que explica el porqué soñamos lo que soñamos, tiene que ver con los procesos cognitivos relacionados con la memoria. Cuando descansamos durante la noche, el cerebro no lo hace como el resto de nuestro cuerpo. Al contrario, permanece bastante activo, realizando varias funciones, entre las cuales se encuentra la de clasificar y consolidar nuestros recuerdos, las experiencias vividas y la información recibida. Por eso es frecuente que en los sueños aparezcan elementos con los que hemos interactuado ese mismo día.

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Ya que gran parte de la información que recibimos del exterior es visual, los sueños tienen un fuerte componente gráfico. Se nutren del 80% de las imágenes que una persona sana, ha recibido por los ojos. Por lo tanto, tiene sentido que lo invidentes sueñen de una forma diferente a las que no lo son.
¿Cómo sueña un ciego, si nunca ha visto nada?
Vamos a referirnos siempre a personas ciegas que lo son desde que nacieron, ya que las que pierden la vista en algún momento de su vida, tienen información visual en su memoria. La ciencia ya sabe desde hace mucho que, cuando alguien nace desprovisto de alguno de sus sentidos, su cerebro se reorganiza para aprovechar el espacio que lo ocuparía, agudizando el resto de sentidos. Por ello, es frecuente que las personas que por ejemplo nacen ciegas, tengan un oído o un olfato excelentes.
Numerosos experimentos confirman este hecho. Se ha demostrado que muchos ciegos utilizan las vibraciones auditivas para localizar los objetos a su alrededor (ecolocación). La mayoría lo hace incluso sin darse cuenta. De alguna forma, «saben» dónde está cada objeto y a qué distancia. Otros, por ejemplo, han desarrollado la capacidad de obtener más información de los objetos que tienen a su alrededor, chasqueando la lengua. Pueden llegar a conocer la forma, textura o densidad de los objetos utilizando este método.

En resumen, lo importante de esto es que las regiones corticales del cerebro que están normalmente reservadas para la visión, son ocupadas por otros sentidos. Son, pues, estimuladas. De una forma no convencional, pero estimuladas. Una vez queda claro esto, atentos a lo que viene a continuación.
El experimento de H. Bértolo
En 2003, el profesor H. Bértolo y su equipo, de la Facultad de Medicina de Lisboa, realizaron un interesante experimento sobre el sueño de las personas invidentes de nacimiento. Después de monitorizar el sueño de varios individuos, se vio que efectivamente, la región cortical utilizada normalmente para la visión, se activaba cuando la persona dormía. Pero lo interesante vino después, cuando el profesor pidió que los sujetos experimentales representaran gráficamente lo que habían soñado.
Sorprendentemente, varias de estas personas pudieron dibujar esbozos de figuras simples como nubes, soles, palmeras, e incluso siluetas humanas. Es decir, de una forma que no podemos entender, estas personas, que no habían visto con sus ojos nada jamás, utilizaron otros sentidos para poder conocer la forma de los objetos. Tanto, que hasta podían «verlos» en sueños y dibujarlos. Que estas personas puedan ver o no en sueños imágenes, tal y como lo hacemos nosotros, es algo que aún se discute entre la comunidad científica.

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¿Sabremos alguna vez cómo sueñan los ciegos?
Quizá en algún momento del futuro podamos proyectar en una pantalla con exactitud qué es lo que ven las personas invidentes cuando están dormidas. Pero por ahora, el misterio de cómo sueñan los ciegos es un mundo fascinante por explorar. Como lo es todo lo relacionado con la mente humana, tema que me fascina personalmente.
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